A BARLOVENTO, de Iain M. Banks

Por Xavier Riesco Riquelme

A barlovento. Ja, vaya nombrecito. Otra novela de la Cultura de Iain M. Banks. Mentes artificiales, construcciones artificiales de tamaño inimaginable, intrigas de espionaje a escala galáctica, detalladas descripciones culturales, paisajísticas y mentales, amén del resto de la parafernalia que Banks tan bien maneja en su serie de la cultura, incluyendo genocidios, guerras y aniquilación con un montón de ironía, naves espaciales de nombres humorísticos y diálogos sutiles por parte de los implicados.

Aparte, claro está,  de ese sabor tan característico que deja Banks en la parte de atrás de la mente cuando el lector empieza a darse cuenta de que las cosas no son como parecen y los personajes mienten. No a los demás, que eso es fácil, sino que se mienten a si mismos, y ni siquiera ellos saben cuales son sus verdaderos propósitos.

Esto que acabo de decir, la verdad (exceptuando quizás las dos últimas frases), no diferencia a las novelas de Banks de cualquier otra space-opera de tres al cuarto. Sé que no le hago justicia al libro, pero estoy usando las referencias típicas y tópicas a la serie de Banks, conscientemente. En realidad no sabría por donde empezar para describir este libro. Supongo que puedo empezar por la trama. Ah, sí, la trama. En un Orbital de la Cultura reside un disidente de una especie llamada los Chel. Los Chel acaban de pasar por una terrible guerra civil que, al final, descubren que ha sido provocada por la Cultura en un intento de producir una sociedad más igualitaria. De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. Este disidente, un compositor egocéntrico y con una personalidad abrasiva recibe la noticia de que va a revivir a un enviado de su especie que posiblemente intente convencerlo de que vuelva a su lugar de origen…

No, no era eso. En realidad es la historia de Quilan, un soldado Chel que en la guerra civil perdió a su esposa y que, incapaz de soportar la pérdida, se presta voluntario para una misión suicida…

O tampoco. Quizás sea la historia de la inteligencia artificial que rige el orbital donde reside, entre otros, el compositor Ziller, a quien ha encargado la composición de una pieza musical (la primera en mucho tiempo de larga extensión, tras el exilio de ese compositor) para conmemorar la llegada de la luz de dos supernovas gemelas, provocadas en una terrible guerra. Una guerra en la que esa inteligencia artificial fue parte activa… y por eso quiere conmemorarla solemnemente.

Y quizás ni eso. Puede que sea la historia de Kabe, un embajador que se pierde fácilmente entre  las conversaciones de los humanos en las fiestas a las que acude. O la de Uagen Zeple, un académico a muchísima distancia de allí y que estudia a una especie alienígena un tanto especial. O la de Huyler, una personalidad recuperada de uno de los muertos de la guerra civil de los chel y que viaja de pasajero en la mente de otro de sus compatriotas.

Espero que los anteriores párrafos hayan dejado claro lo que pretendía: mi propia incapacidad para definir a esta novela. No es que sea excesivamente complicada, ni que los personajes sean innecesarios, al contrario, la multiplicidad de puntos de vista ayuda a clarificar la narración y no a enturbiarla. De hecho, pese a la grandilocuencia de los pasajes descriptivos, esta es, en cierto modo, una novela intimista, una novela sobre la psique y las cargas que puede o no puede soportar, sobre el pesar y la función de la memoria para los seres conscientes. En resumen, quizás sea una  pequeña obra maestra.

Y ahora que ya he dejado clara mi incapacidad para juzgar a un autor como Banks, que  se escapa a todos mis pobre intentos, voy a dar mi propia definición de este libro (que posiblemente se quede muy corta respecto a lo que realmente es). Mucho me temo que voy a tener que discutir algunos de los detalles de la trama que posiblemente sean considerados spoilers. Así que hago aquí una advertencia. Creo sinceramente que los párrafos de arriba sobran y se bastan para interesar o disuadir a un posible lector. Lo que sigue es una lectura personal, y no la única y tampoco la principal. Es simplemente, lo primero que me vino a  la cabeza mientras leía la novela.

Esta es la novela del 11-S de la cultura. O del 11-M.

Oh, sí, está escrita antes de 2001, en 2000, pero hay un curioso paralelismo entre esta pieza de literatura que pertenece a un género que algunos idiotas califican de escapista y el desgraciado mundo real que nos ha tocado vivir. Los Chel han tenido una guerra civil por culpa de la intervención de la Cultura, y además (por si fuera poco), los Chel también tienen dioses (una parte de la cultura Chel que ha trascendido, los Chel-Puen). Y estos dioses exigen que se equilibre la balanza de muertos, o de los contrario no permitirán que las almas (en realidad las personalidades reconstruidas y guardadas) de los muertos asciendan al cielo si no muere la misma cantidad de ciudadanos de la Cultura. Y así tenemos una misión suicida, un móvil religioso, un agravio cultural que requiere satisfacción en sangre y un plan de asesinato en masa. Desde luego, mi visión es deliberadamente reduccionista, la novela de Banks se compone de muchísimos elementos aparte de estos. Pero también es un estudio sobre el suicidio como atentado terrorista, y sobre las guerras, recientes y antiguas, y sus implicaciones para los que sobreviven, los que exigen retribución y los que lo han perdido todo (que no siempre son aquellos que el lector se supone, lo que incluye el divertido juego de averiguar cuáles de los personajes de la novela son otra cosa que la que afirman ser).

E incluso, en una exquisita muestra de ironía involuntaria, uno de los personajes involucrados se pregunta si detrás del pretendido atentado no habrá, precisamente, un grupo de Mentes de la propia Cultura, reflejando las teorías conspiranoicas del mundo real. Si el arte es reflejo de la naturaleza, en este caso la flecha del tiempo está invertida. También es verdad que en este libro los servicios secretos (Circunstancias Especiales, buen nombre) de la Cultura son mucho más eficientes que los del mundo real (hala, el spoiler definitivo por mi parte: ni la muerte detiene a un buen agente infiltrado).

En resumen: impresionante.

 

(c) 2008 Xavier Riesco Riquelme

 

A barlovento, de Iain M. Banks (Look to winward; 2000). La Factoria de Ideas, col. Solaris Ficción nº106. Madrid, abril de 2008. Traducción de Paula Gamissans Serna y Marta García Martínez. Formato  23 x 15 cms. 352 páginas, 19,95 €. ISBN. 9788498003390.

Texto de la contraportada

Fue uno de los incidentes menos gloriosos de una antigua guerra. Provocó la destrucción de dos soles y de los miles de millones de vidas que sustentaban. Ahora, ochocientos años después, la luz del primero de estos antiguos errores ha llegado al orbital de la Cultura Masadaq. La luz del segundo podría no llegar a hacerlo.

Acerca de Interface Grupo Editor

Editamos en papel 75 números de la revista BEM entre 1990 y 2000 y desde 2003 hasta 2012 mantuvimos el portal BEM on Line. Tras múltiples problemas de software, decidimos traspasar a este blog los principales textos publicados en esos años. Interface Grupo Editor está compuesto por Ricard de la Casa, Pedro Jorge Romero, José Luis González y Joan Manel Ortiz.
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