CRIOGENIZACIÓN, HIBERNACIÓN Y CIENCIA FICCIÓN, por Ricardo Manzanaro

Antes de nada, vamos a echar por tierra uno de los mayores tópicos en torno a este tema: Walt Disney no está congelado.

Disney murió el 15 de diciembre de 1966 de cáncer de pulmón. Fue incinerado y está enterrado en el Lawn Memorial Park Cementery. Al parecer, Disney se había interesado en el tema de la criogenización. Esto, unido a que la incineración se llevó a cabo con cierto secretismo, dio lugar a la leyenda de que la empresa Alcor, la más conocida de las que se dedican a la criogenización y de la que hablaremos luego, había congelado a Disney.

Centrándonos ya en el tema, la preservación sin daño durante mucho tiempo del cuerpo humano, mediante la criogenización o la hibernación es un tema muy habitual en la ciencia-ficción.

rmlatidosUna de las utilidades principales que se le da en la ciencia-ficción a estas técnicas se refiere a los viajes espaciales. Mantener el cuerpo preservado durante largos desplazamientos interestelares, o simplemente hasta lugares lejanos de nuestro sistema solar, ha aparecido en películas como “2001” o “Alien” y en las novelas “Cánticos de la lejana tierra” de Arthur C. Clarke o “Entre los latidos de la noche” de Charles Sheffield.

Este aspecto ya está siendo valorado por las actuales instituciones dedicadas a la astronáutica. Así, por ejemplo, la Agencia Espacial Europea tiene un proyecto llevar una nave tripulada a Marte en 2033. Hasta alcanzar el planeta rojo se calcula que se puede tardar entre 6 y 9 meses, y lo mismo a la vuelta. Se ha estimado que se necesitarían 30 toneladas de comida para alimentar a 6 astronautas, durante un viaje de 2 años. Si los tripulantes estuvieran en hibernación se requeriría mucho menos. Por eso la Agencia Espacial Europea está financiando una investigación buscando obtener un sistema de hibernación para este fin.

rmsuperviviLa hibernación o la criogenización es asimismo un recurso muy utilizado por la ciencia-ficción para que el protagonista “viaje” al futuro; pueda aparecer en una época posterior a la suya, sin sufrir envejecimiento. Novelas que tratan esta posibilidad son, por ejemplo, “El hombre que despertó en el futuro” de Lawrence Manning o “Los supervivientes” de Anne MacCaffrey. En películas se puede mencionar “El dormilón” de Woody Allen y en serie de televisión “Futurama”.

Otro uso de estas técnicas se da en el caso de personas enfermas de patologías letales como el cáncer, o muy incapacitantes, que se congelan o hibernan, con la esperanza de que en el futuro se descubra una terapia efectiva para dicha patología, momento en que serían devueltos a la animación. En otros casos, el objetivo buscado es que se encuentre una técnica que frene o revierta el envejecimiento. Dentro de este tema se encuentra la novela “Edad: 143 años” de Jordi Sierra i Fabra.

rm143anysPrecisamente este objetivo es el de la mayoría de personas que están actualmente congeladas. Ya existen empresas que se dedican a criogenizar gente, prometiendo reanimarles sin lesión alguna, cuando se cumpla la condición fijada por los clientes – en la mayoría de los casos, como señalamos antes, que haya una cura para determinada enfermedad -. La más famosa de estas empresas es Alcor, que afirma tener más de 70 personas congeladas en sus instalaciones de Arizona. El coste medio de la criogenización es de 120.000 euros.

La ciencia-ficción ha imaginado aplicaciones más peculiares, como ocurre en “Puerta al verano” de Robert A. Heinlein, en la que el protagonista entra en lo que se llama en la novela “sueño frío”, con el objetivo de tras despertar, décadas después, cobrar el dinero obtenido mediante los intereses de una serie de inversiones.

Otra criogenización poco común, y acorde con el estilo de su autor, es la “Ubik” de Philip K. Dick, donde los fallecidos permanecen en un estado de semi-vida, en que pueden comunicarse con los vivos.

rmpuertaveranoLa ciencia-ficción también ha valorado aspectos sociales referidos a esta técnica. Por ejemplo en “Incordie a Jack Barron” de Norman Spinrad se plantea la importancia y la influencia que tendría sobre la política y la economía, la existencia de una empresa de hibernación, que llegaría a convertirse en un lobby, o incluso en un auténtico poder político en la sombra.

Igualmente, se podría generar, como sucede en “Edad: 143 años”, un movimiento social de la mayoría de la población en contra de los más ricos, que pueden acceder a la criogenización, consiguiendo la prohibición de esa técnica. En la novela imagina que tal hecho se consigue, y entonces se plantea el dilema del limbo legal en que quedan las personas ya criogenizadas.

Por último, la novela de “Dejadlos en el cielo” de Clifford D. Simak muestra una situación futura en la que hay más gente hibernada que despierta –4 veces más-, lo cual genera diversos problemas prácticos como el más básico, el del enorme espacio que necesitaría toda esa ingente masa de personas criogenizadas. Y aún va más allá. Si finalmente se encuentra una cura para, por ejemplo, el cáncer, y se revive a todos los que están hibernados esperando tal logro, habría un grave problema de vivienda para alojar toda esa muchedumbre. En la novela los despiertos se dedican a construir miles de edificios que permanecen vacíos, por si se produce la incorporación de los millones hibernados.

En esta obra, al igual que en otras que se ha mencionado antes, la hibernación es una técnica muy cara. Por eso la novela describe como la actitud de la población es la de gastar lo menos posible, para así ahorrar y tener dinero para criogenizarse. Se cierran cines, bares y nadie sale para divertirse, porque no se quiere desperdiciar el dinero. Se da la paradoja de que los despiertos llevan una vida miserable y aburrida para poder hibernarse.

Investigaciones sobre criogenización

Centrándonos ya en las investigaciones y las posibilidades reales de estas técnicas, hablamos en primer lugar de la criogenización.

Es el almacenamiento y preservación de tejidos y células a temperaturas extremadamente bajas en que el metabolismo está prácticamente parado. Las maniobras para la criogenización tienen que empezar como muy tarde antes de los 10 minutos tras la muerte, porque sino hay lesiones cerebrales. Y así dicen que lo hacen las empresas dedicadas a esto, como Alcor.

El problema principal con la criogenización es que se forman cristales de hielo, que rompen, destruyen células y tejidos. Para evitar esto, se están usando sustancias anticongelantes como la glicerina. Unos investigadores consiguieron congelar un hamster, y reanimarlo con éxito tras unos pocos minutos, sustituyendo la sangre por un líquido anticongelante. Esta es el procedimiento que utilizan las empresas de criogenización. Pero, por ahora, los resultados son, salvo la citada investigación, que tampoco es como para tirar cohetes, bastante pobres.

La técnica más novedosa en la actualidad para este fin es la vitrificación, que consiste en la suspensión en un fluido viscoso y muy frío. Así las moléculas permanecen en ese líquido, no formando estructuras cristalinas. Este método presenta varios problemas. El primero es que el fluido debe difundir y llegar a todas las partes y los compartimentos del organismo, y hay numerosas barrera en el cuerpo humano que dificultan la libre difusión. Además si penetra tal liquido puede alterar los volúmenes de dichos compartimentos del cuerpo.

Se han hecho varios experimentos positivos con la vitrificación, con los que se consiguió, por ejemplo, conservar un riñón y luego recuperarlo, aunque los resultados no han sido perfectos, y aún hay problemas. Pero además estos ensayos se han hecho sólo en órganos, no en cuerpos completos, y de animales. De hecho, la mayoría de los estudios estaban enfocados hacia la conservación de órganos para trasplantes.

Pero el mayor handicap en la criogenización, como las que realizan las empresas dedicadas a este tema, es que lo que estamos haciendo es preservar un cuerpo muerto, no la animación suspendida de una persona viva. De hecho, según los responsables de Alcor, muchos de los criogenizados, sólo se ha crioperservado la cabeza, no el cuerpo entero.

rmodiseaEntonces lo que habría que intentar sería lograr la criogenización en vida, y además lograr que tal práctica se aceptara legalmente, ya que actualmente se debe esperar al fallecimiento para empezar las maniobras. Algo en este sentido se propone en su novela “La odisea del mañana” de Charles Sheffield. En esta obra el protagonista congela a su mujer, afectada de una extraña y letal patología, moribunda, pero sin haber fallecido. 10 años después, él mismo se congela en vida.

Lo que da esperanzas a los defensores de la criogenización es que se han dado varios casos de personas congeladas en vida, de forma espontánea y fortuita, y que posteriormente fueron reanimadas sin lesiones aparentes. Así, en 1999, una esquiadora noruega, permaneció una hora a 14 º C de temperatura corporal, en aparente parada cardiaca, y consiguió recuperarse. Otro caso se dio en Alberta en 2001, con otra persona que permaneció en similares circunstancias durante dos horas, y también se logró reanimarla. Pero, sin duda, el caso más sorprendente, y que parece que es cierto porque ha sido reseñado por revistas científicas de prestigio, es el de un japonés de 35 años, llamado Mitsukaka Uchikosi. Este, mientras descendía de un monte, cayó, rompiéndose la pelvis. No llevaba consigo de alimentación más que un bote de salsa. 3 semanas después le encontraron, a 22º de temperatura corporal, y casi sin pulso. Fue hospitalizado y en 2 meses se recuperó.

Hibernación

Consiste en ralentizar procesos fisiológicos como la respiración, el ritmo cardiaco y el metabolismo, reduciendo así el consumo de oxígeno, de nutrientes y también el ritmo de envejecimiento.

Es un proceso fisiológico de muchos animales que para pasar el invierno, y soportar el frío y la escasez de alimentos, entran en hibernación, presentando somnolencia, pulso y respiración mucho más lentos, y disminución de la temperatura corporal.

Es una adaptación que no lesiona al organismo, ya que con esa reducción de la perfusión al Sistema Nervioso Central en condiciones normales tendría lugar una rápida destrucción de tejido cerebral, pero en los animales que hibernan no hay alteraciones neurológicas. Y esta adaptación se produce en otros compartimentos del cuerpo. El ser humano sin comer todo el tiempo que pasa un oso durante la hibernación perdería el 90% de la masa muscular, pero en el oso tal reducción es de sólo el 30%.

De todas formas, la hibernación es un proceso muy variado en sus características, según la especie. En algunos, por ejemplo en determinados tipos de osos, la temperatura baja unos pocos grados. Y en algunas especies de hamsters o ardillas, se despiertan cada varios días, orinan, beben algo, y vuelven a hibernar.

Hace poco se ha descubierto el primer primate que hiberna, lo que ha dado muchas esperanzas a los investigadores en este tema. Se trata del Lemur de Madagascar. En este animal la temperatura no baja mucho, sino que fluctúa levemente alrededor de 25º C. Se ha empezado a buscar si hay genes comunes con el ser humano en esta propiedad.

Precisamente, una de las estrategias en la investigación sobre hibernación en humanos es la de buscar genes que codifiquen para los cambios que acontecen en esa circunstancia. Algunos investigadores defienden que la capacidad de hibernación está en todos los mamíferos; habría genes comunes, que en algunos estarían expresados y en otros no.

En este sentido, hay investigaciones centradas en los genes que codifican para la adenosina, la cual forma parte del camino metabólico por el que la cafeína nos mantiene alerta. Se hizo un estudio en 118 estudiantes, y en aquellos en que el gen estaba mutado en el sentido de producir más adenosina, dormían más tiempo, y de forma más profunda.

Igualmente, ya se han identificado en las ardillas 11 genes que sólo se activan en hibernación, y asimismo se ha localizado el gen que hace que se use principalmente la grasa para obtener la energía, en vez de la glucosa, como ocurre en la hibernación.

Por último, el año pasado una empresa de biotecnología denominada Hiberna, ha comenzado una investigación con chips de DNA para el estudio de 15 genes que parecen cruciales en proteger los tejidos durante la hibernación.

Muchas de estas investigaciones que citamos no se están realizando con el fin de hibernar  cuerpos enteros, sino para cuestiones más prácticas. Por ejemplo, se busca provocar una seudo-hibernación para reducir el metabolismo y el flujo sanguíneo durante cirugía cardiaca compleja. Así se hizo para un implante de aorta en una mujer, disminuyéndose además la temperatura, la frecuencia cardiaca casi hasta la parada, y la actividad cerebral, y la paciente aguantó así 2 horas. Igualmente se buscan técnicas de hibernación para el tratamiento de infartos o ictus cerebrales tras los cuales las células mueren rápidamente al faltarles el oxígeno. En diversos ensayos, al reducir la temperatura corporal y el metabolismo, se prevenían o se reducían los daños cerebrales o cardiacos. Algo parecido ocurre con los órganos para trasplantes, que así aguantan más. Por último, en oncología, se busca una menor dependencia del oxígeno por parte de las células, y así toleran mejor y aceptan  más dosis de radio y quimioterapia.

Aparte de la cuestión genética, se han descubierto varias sustancias que parecen inducir estados cercanos a la hibernación.

La molécula estrella en este sentido es el sulfuro de hidrógeno, la cual es la que da a los huevos podridos el olor sulfuroso. En un experimento se comprobó que mientras un ratón normal sometido a sólo un 5% del nivel habitual de oxígeno no aguantaba más de 20 minutos, en otro roedor, tras exponerlo durante un rato al sulfuro de hidrógeno, su metabolismo bajaba el 90% y resistía ese 5% de oxígeno 6 horas y media sin daños. Se ha observado en estos ensayos que en los ratones tratados con sulfuro de hidrógeno disminuía mucho la frecuencia respiratoria (de 120 respiraciones / min a 10-20), la cardiaca (de 500 latidos / min a 200) así como la temperatura corporal.

La teoría sobre el efecto del sulfuro de hidrógeno postula que éste competiría con el oxígeno en determinados receptores. Esto haría que se redujese el consumo de oxígeno, y a la vez produciría una reducción del metabolismo, haciendo que entrara en un estado parecido a la hibernación.

Incluso se ha visto que el sulfuro de hidrógeno, contribuye a mantener mejor la circulación y el flujo sanguíneo, en caso de ataque cardiaco o pérdida de sangre. En este sentido, dentro del programa del Pentágono estadounidense DARPA (para investigación de nuevos dispositivos de uso bélico) se realizó un experimento en el que se consiguió salvar a ratas con pérdida de sangre exponiéndolas al sulfuro de hidrógeno, y así disminuyendo la necesidad de oxígeno. Hay una propuesta de utilizarla en forma de una botella con sulfuro de hidrógeno líquido para uso intravenoso, en el supuesto de soldados con pérdida de sangre, y de esta manera se reduciría la mortalidad en estos casos.

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Hay otros compuestos que han dado resultados positivos en estudios acerca de este tema. Así tenemos el DADLE (D-ala-D-len-encefalina), que en ardillas ocasiona un estado de hibernación en condiciones ambientales normales, y en cultivos celulares disminuye el grado de división de las células.

Otro es el FGF21 – factor 21 de crecimiento de fibroblastos-, que se pone en marcha cuando el ratón lleva tiempo sin comer. Provoca una reducción de la temperatura corporal, genera una disminución de la actividad física e induce un estado de torpeza mental parecido a cuando se entra en hibernación.

Por último, se ha identificado el complejo proteico HPc, que es el que parece que produce la primera señal que pone en marcha todo el proceso de adaptación estacional. Disminuye en sangre cuando comienza la hibernación y aumenta al terminar ésta, y en el cerebro ocurre justamente al contrario.

Esta es en resumen la situación actual de la investigación en torno a criogenización e hibernación en humanos. Se comprueba que todavía estamos lejos de lo que ha planteado la ciencia-ficción, o lo que prometen las empresas dedicadas a este tema. Sin embargo, hay que señalar que la mayoría de las investigaciones que se han detallado en este artículo han obtenido los resultados en años muy recientes, y en poco tiempo se ha adelantado bastante más que en décadas anteriores. Por eso no es descartable que en no demasiado tiempo se consigan resultados más significativos.

 

 

Nota: Este artículo está basado en la charla que se dio durante el acto de celebración del 14 aniversario de la TerBi, la Tertulia de Ciencia-Ficción de Bilbao, el 18 de mayo de 2008

 

rmanzanaro001Ricardo Manzanaro (San Sebastián, 1966). Es médico y uno de los promotores de la Tertulia de Bilbao (TerBi) desde hace décadas. Escritor y articulista, mantiene un blog sobre actualidad del género fantástico (notcf.blogspot.com ).

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