HABLANDO CON MAGNUS DAGON

Han transcurrido dieciocho meses desde que presenté a un joven autor hispanoamericano en esta sección de Bem on Line: una pausa demasiado larga. Pero como todos aquellos que siguen mis actividades saben qué cosas he estado haciendo, y en todo caso hay una explicación en algún lugar de este sitio (tal vez junto a mi foto), pasaré a “Entre Ushuaia e Irún”, que no es precisamente un espacio para hablar de mí. Va, entonces, el quinto intento de poner en conocimiento de los lectores a un joven y promisorio valor de las letras: Miguel Ángel López Muñoz, o Magnus Dagon, como verán que ha elegido denominarse para publicar.

Sergio Gaut vel Hartman


 

Sergio Gaut vel Hartman
Dinos cómo eres.

Magnus Dagon
Como persona, la mayor parte de la gente que me conoce dice que soy un tío muy peculiar. Soy muy tímido inicialmente cuando conozco a alguien, incluso por correo electrónico, pero luego me comporto de una manera bastante abierta. Una vez superado ese escollo inicial, a pesar de mi gravedad al hablar, soy bastante bromista y me paso todo el día diciendo tonterías, una detrás de otra. Leo mucho y voy al cine todo lo que puedo, tengo un carácter bastante tranquilo y soy muy solitario, de la clase de personas que ven una peli a las doce de la noche con el gato junto a él. Otra cosa peculiar mía es que al parecer debo de emitir unas feromonas de confianza o algo así porque tengo tendencia a caerle bien a los que me ven. La gente me para constantemente por la calle para preguntarme cosas, los clientes me dan consejos en las librerías u otras tiendas y muchos dependientes me acaban regalando los productos que quiero comprar. Ese es el lado bueno, el malo es que igual que atraigo a la gente agradable hago lo mismo con la desagradable, y me han tratado de timar o fastidiar por tener aspecto afable un montón de veces. Físicamente soy alto y bastante delgaducho, con una marca de nacimiento en el cuello que es la culpable de que una de las bromas que más me han gastado a lo largo de mi vida es decirme ‘veo que ayer triunfaste’ y otros derivados. Soy zurdo, visto fatal, me encantan los animales y odio conducir.

Sergio Gaut vel Hartman
Conviniendo que eres un autor definidamente inclinado a la ciencia ficción (ya nos dirás si estoy equivocado), ¿cómo llegaste al género?

Magnus Dagon
Pues sí que tengo que matizarte, porque ahora mismo con lo que estoy más metido, con mucho, es en el terror, un género que al principio no me interesaba demasiado pero ahora adoro. El motivo de ello reside en que he tenido un año malísimo, de los peores que recuerdo, si no el peor, y eso me ha cambiado mucho, tanto en personalidad como en estilo literario. Ahora soy mucho más duro escribiendo, más cruel, por decirlo de alguna manera, además de que cada vez me enfoco más en los demonios de los personajes, en los escenarios terribles en los que luchan por sobrevivir, y también he acentuado algunos temas recurrentes de mis historias, como la soledad. Como sea que las historias de terror están llenas de esta clase de elementos, he encontrado en ellas el vehículo perfecto para expresar cómo me siento en este momento.

Hablando de cómo llegué a la ciencia ficción, respondiendo a tu pregunta, ya sé que es un tópico, pero mi primer acercamiento al género fue con la saga de Fundación de Isaac Asimov. De hecho no comencé escribiendo ciencia ficción desde los inicios, los géneros que más me interesaban eran la fantasía y, sobre todo, la novela negra. Cosecha Roja de Dashiell Hammett y las novelas de Philip Marlowe me impactaron mucho, y fue uno de los detonantes de que el género negro me atrajera. Eso y que era el que más encajaba con mi manera inicial de escribir: historias de almas a la deriva, atrapadas en un mundo corrupto y hostil.

Sergio Gaut vel Hartman
Entonces dinos qué autores prefieres, si prefieres alguno, claro.

Magnus Dagon
Me gustan un montón de autores, no sé… así a bote pronto, Asimov, Harlan Ellison, Dan Simmons, Mike Resnick. También profeso devoción por muchos de los trabajos que Neil Gaiman y J.M. DeMatteis han hecho para la industria del comic, en especial Sandman y Los Años Perdidos, respectivamente. El anime de Naoki Urasawa, sobre todo Monster, me ha influido mucho en las últimas cosas que he escrito, así como la serie de videojuegos de Silent Hill.

Sergio Gaut vel Hartman
Como los que me conocen saben, no siento ninguna simpatía por los comics, pero ya que los has nombrado, háblanos de eso.

Magnus Dagon

Adoro los comics. Y los videojuegos. Mucha gente dice que son aficiones infantiles, ‘cosas de frikis’, pero veo auténtico arte en ellos. Me he llegado a emocionar más con una frase de Corto Maltés o un monólogo de Spider-man que con cualquier obra de la generación del 98. Es más, los considero, en muchos aspectos, mi principal fuente de inspiración.

Sergio Gaut vel Hartman
No encajas del todo en el perfil que asigno a los amantes de los comics, pero es evidente que eso no es lo único que te interesa. Ya hablaste del cine. ¿Qué más?

Magnus Dagon

Por otro lado soy un auténtico amante de la música también, voy a montones de conciertos en los que disfruto como un enano. En estos últimos meses, además, me he aficionado a la guitarra, y ya sabía tocar la armónica, pero la cromática, la que posee palanca y es más completa que la típica que todo el mundo tiene en mente. Me hubiera gustado mucho tocar y/o cantar en un grupo, pero ya es un poco tarde para eso.

Sergio Gaut vel Hartman
¿Tienes algún tema que te movilice especialmente, algo que te obsesione?

Magnus Dagon
Como mencionaba antes, cuando empecé a escribir mi tema predilecto a tratar, ya fuera ciencia ficción, fantasía, terror, novela negra u otra cosa lo que realizara, era la soledad. Mis historias eran tristes, melancólicas, pero siempre trataba de dejar un resquicio abierto a la esperanza, por lejana que pareciese. Con el paso de los años empecé a sentir un gran interés por los personajes claramente malvados y monstruosos, por comprenderlos, y los convertí en protagonistas de muchos relatos, cuando en las anteriores historias tales personajes ni siquiera existían, sólo hablaba de personas en apariencia normales enfrentadas a adversidades contra las que nada podían hacer. Luego me cansé de descargar tanto odio en las páginas y volví la mirada a los personajes sencillos pero nobles y cargados de humanidad. En la actualidad he vuelto un poco a los orígenes: personajes contra hechos que les sobrepasan. La diferencia es que ahora escribo con un marcado tono de terror, por lo que no hay mucho lugar para un final feliz, o al menos completamente feliz.

Sergio Gaut vel Hartman
¿A qué te dedicas? Es decir, aún no eres un escritor profesional. ¿Cómo te ganas la vida?

Magnus Dagon
En términos profesionales me he pasado la mayor parte del tiempo dando tumbos de un lado para otro. Cuando acabé el instituto me metí en la carrera de arquitectura, y si bien sólo estuve un año, no fue un año desperdiciado, porque allí conocí a buenos profesores cuyas enseñanzas se aplicaban no sólo al dibujo o a los proyectos, a todas las artes en general. Completé el curso y decidí estudiar matemáticas al tiempo que comencé a escribir como simple afición. Un montón de años después un amigo me sugirió que podía intentar hacer algo desde un punto de vista más profesional con los relatos que tenía y me presentó a Pablo Dors, un escritor a quien tengo mucho cariño y que de no ser por él tal vez no estaría hablando ahora de esto. El caso es que acabé la carrera de matemáticas y me metí a estudios de doctorado, pero por el camino fui escritor a tiempo completo durante seis meses muy gratificantes. Sigo estudiando el doctorado al tiempo que busco desesperadamente becas, pero la verdad, aún no sé muy bien qué deseo hacer realmente con mi futuro.

Sergio Gaut vel Hartman

¿Qué escribes, qué te interesa escribir? ¿Crees que la ciencia ficción puede proporcionar respuestas a las preguntas que nos agobian?

Magnus Dagon
No estoy para nada de acuerdo con Stanislaw Lem, aunque le aprecie mucho, cuando decía algo así como que ya no merece la pena escribir ciencia ficción porque la estamos viviendo. Lo mismo podían haber dicho cuando estalló la bomba atómica, o cuando se inventó el chip. O ya puestos, cuando se inició la revolución industrial. Opino que en muchas cosas, la ciencia ficción mide la capacidad de una sociedad para enfrentarse a problemas de todo tipo, desde tecnológicos a sociales, religiosos, afectivos y filosóficos. Otra cosa es que haya sido reducida a clichés y tópicos por aquellos que no la conocen bien, diciendo que sólo habla de extraterrestres, rayos láser y planetas futuristas.

Sergio Gaut vel Hartman

¿Cómo te sitúas, entonces, frente a la realidad que describes desde una perspectiva fantástica?

Magnus Dagon
Creo que en la actualidad es más fácil escribir ciencia ficción que nunca. Vivimos en una época inquietante, donde están ocurriendo muchas cosas que decidirán de manera drástica el futuro del mundo, tanto a nivel político como climático, religioso, económico y muchos otros. Personalmente soy incapaz de mantener una postura optimista acerca de lo que nos espera, y eso lo noto al escribir. Ignoro si es algo que le ocurre a los que ahora escriben, algo común a mi generación, pero en mi caso al menos sucede así. Desearía tanto poder ser más positivo en los temas que trato… admiro a la gente que es optimista desde un punto de vista racional. Especular de manera positiva acerca del futuro es un don que no poseo, y que considero muy valioso.

Sergio Gaut vel Hartman

Tu visión es “realista”, valga la ironía tratándose de literatura fantástica. ¿Has desarrollado una posición análoga con respecto a la literatura de géneros? ¿Qué piensas de lo que escribes, de lo que se puede o no escribir y cómo crees que lo recibe el “mercado”?

Magnus Dagon

Ahora mismo me preocupa mucho el futuro de la ciencia ficción, y escribí varios ensayos hablando de ello, algunos bastante criticados. La fantasía ha experimentado de un tiempo a esta parte una especie de surgimiento popular gracias al cine, pero lo que empezó siendo una ventaja va a acabar siendo un lastre. El Señor de los Anillos salió bastante bien parado, pero no se puede decir otro tanto de lo que vino detrás, como Las Crónicas de Narnia, Terramar o La Brújula Dorada. Por otro lado, además, están estereotipando la fantasía. En el fondo no es por otra cosa que por la falta de ideas de Hollywood (motivo por el que ahora también de repente los productores descubren que existen unas publicaciones llamadas comics y novelas gráficas). De hecho, parece que ahora harán lo propio con la ciencia ficción, empezando por Avatar de James Cameron, que seguramente allanará el terreno, irán aprovechándose de grandes obras como el Juego de Ender que adaptarán como más les convenga para recaudar el máximo dinero posible, sin importar el daño que hagan al género en conjunto.

Sergio Gaut vel Hartman

¿A pesar de todo lo expuesto persistirás en la idea de convertirte en un escritor profesional?

Magnus Dagon
Sí, lo haré, pero me parece importante decir que ser escritor es en verdad durísimo. Para empezar porque mucha gente ni lo considera un oficio; si uno va por ahí diciendo que escribe es como si se tuviera que avergonzar de algo. ‘Es una bonita afición’, me han dicho un montón de veces. Luego porque tienes que tener unas dosis de voluntad inmensas, y sobre todo de autoconfianza. Es muy probable que cuando uno empieza sea bastante malo escribiendo, pero lo peor es cuando ya se empieza a mejorar. Es entonces cuando te asalta la incertidumbre, el temor de que tal vez no seas tan bueno como crees, que tal vez todo está en tu imaginación, que al fin y al cabo te gusta lo que escribes porque se trata de tu obra y ves más que los demás en ella por haber salido de tu cabeza. Creo que es en ese momento cuando mucha gente abandona, y me parece una pena, ya que tal vez están a un paso de conseguir ganar ese concurso, o aparecer en esa revista, y no son conscientes de ello. Cuando envié la novela corta que ganó el UPC en el 2006 estuve a punto de no hacerlo. Ya había sido rechazada en un par de sitios, y eso me hacía pensar que no debía estar demasiado bien. Cuando quedé finalista del premio Andrómeda en el mismo año, ese mismo relato había sido rechazado para una antología por ser considerado una obra demasiado amateur. Lo que quiero decir es que la confianza en lo que uno hace es lo más importante para no rendirse a la hora de escribir. Porque si uno no cree en su propia obra, nadie lo hará por él.

Sergio Gaut vel Hartman
Has mencionado, al pasar, o no tanto, que eres un solitario. Pero por algunas cosas que sé o que me has dicho en privado no es tan así. ¿Puedes hablar de tu red de contención, de los factores o personas que influyen y respaldan lo que haces?

Magnus Dagon
Me gustaría mencionar a mis amigos, que siempre me han apoyado para que siguiera escribiendo. Han estado en los buenos momentos para celebrarlo conmigo, pero lo más importante para mí es que estuvieron en los malos, cuando no hacía más que perder un concurso tras otro y apenas nadie más que ellos creía en mí. En especial quiero agradecérselo a Jorge, Julia, Carlos, Rubén, Pepe, Koto, Ana y Lucía, porque veían más allá de los relatos que les dejaba en cada momento, veían a alguien que podía hacer más historias y mejores que aquellas. Y por supuesto, un abrazo para la gente del Taller 7. Antes de conocerles era un náufrago en una isla desierta. Ahora soy un náufrago en una isla desierta… con más náufragos. Fuera de bromas, me parece genial que existan sitios así, porque el total es mucho mayor que la suma de las partes. No sólo por el asunto de las correcciones y ejercicios, también por el apoyo y la información compartida. También quiero mencionar de manera muy especial a la gente de Nocte, que me acogió con los brazos llenos hace muy pocos meses, cuando estaba pasando, de hecho, por momentos personales bastante difíciles.

Sergio Gaut vel Hartman

Háblanos de tus proyectos, futuras publicaciones…

Magnus Dagon
Mi mayor esperanza de futuro, aquello en lo que creo con una convicción ciega, incluso inusual en mí, es un libro que escribí hace medio año y se trata de la adaptación a novela de Reiskolem, el relato que quedó finalista en el Premio Andrómeda del año 2006. Después, mi otro gran reducto de esperanza es otra novelización que acabé hace no mucho, esta vez de El Informe Cronocorp, el relato con el que gané el Premio UPC. En este caso, además, dado que el libro de Ediciones B donde salió compilada esta novela corta ha ganado el Premio Ignotus a la mejor antología, tengo la esperanza de que eso sirva para que alguna editorial se interese por él.

Después de ello, me he metido a crear toda una serie de relatos de terror que mezclan el estilo de dos de mis mayores influencias en el género, H. P. Lovecraft y Silent Hill. En principio esto era un proyecto más para mí, pero las excelentes críticas de muchas personas de mi entorno, como mi propio padre, una persona que nunca ha tenido el más mínimo interés en la literatura de terror, están haciendo que empiece a tener mi atención cada vez más enfocada en ello.

Por último pero no menos importante, hay un proyecto que me tiene muy contento, y es la conversión a comic de una novela corta que escribí hace años, principalmente porque tengo un gran dibujante y amigo, Pablo Vaquero, al que le mando un saludo muy afectuoso desde aquí, que no sólo aceptó colaborar conmigo en el proyecto, sino que se lo está tomando tan en serio o más que yo mismo, y con su esfuerzo y talento está haciendo un fantástico trabajo que ojalá nos lleve a algo importante.

En términos de publicaciones, tengo dos libros pendientes de aparición para el año que viene, uno con Equipo Sirius y otro con Grupo Ajec, ambos de ciencia ficción, y los dos me llenan de orgullo, pero en especial me muero de ganas porque salga el segundo. No porque sea de mejor calidad que el primero, sino porque me trae muy buenas recuerdos, ya que la época en que lo escribí fue una de las más felices de mi vida. De hecho, cuando el editor me pidió la reescritura y mejora de algunos capítulos, fue como si volviera a vivir aquellos días, y por eso deseo que lleguen momentos como el de la presentación oficial, para poder contar de viva voz cosas como esta.

Al margen de contratos de edición, me he presentado a todos los certámenes del género que he podido, y sólo el tiempo dirá si con suerte logro arañar algún puesto en alguno de ellos.

Sergio Gaut vel Hartman
Los que te conocemos como Miguel Ángel López Muñoz nos hemos desayunado con un cambio radical: ahora firmas como Magnus Dagon. ¿Qué significa eso? ¿Por qué un nombre artístico cuando con el propio ya has publicado algo y ganado premios importantes?

Magnus Dagon 

Llevaba mucho tiempo pensando ponerme un nombre artístico. Los motivos para ello son varios: por un lado, al tener un nombre peculiar es más fácil quedarse en la memoria de las personas. Luego, por otro, elegí el nombre de modo que fuera fácil encontrarme en Internet (y no hubiera otros con el mismo nombre). Aunque suene paranoico, tuve en cuenta incluso las iniciales del apellido, para aparecer en un puesto alto en los listados alfabéticos. La elección concreta del nombre y el apellido no esconde nada misterioso detrás: simplemente, es el protagonista de uno de los primeros libros que escribí, precisamente el que está pendiente de publicación con Equipo Sirius.

El motivo más importante por el que me puse el nombre artístico, sin embargo, es que en España, que es el país en el que más he publicado, hay cierta tendencia general a pensar que si un libro de género fantástico está escrito por un autor hispanoparlante es que no debe ser demasiado bueno. Es algo muy triste, pero que no me resulta sorprendente, ya que este absurdo fenómeno de chauvinismo inverso se da en otros sectores más dispares como el musical o incluso la investigación científica. Ignoro si eso ocurre en los países de América Latina, pero por lo menos para los potenciales lectores españoles de fantástico que puedan estar leyendo esto, un mensaje: ¡leed a los autores que hablan vuestro mismo idioma! Hay muchos y son muy buenos. Y sí, os costará encontrarles, porque evidentemente sin vuestro apoyo no existe actualmente apenas mercado para ellos, pero si os molestáis en darles la oportunidad que se merecen, no tardarán en llegar a las estanterías de las grandes superficies.

© Sergio Gaut vel Hartman octubre 2008

Puede leer un relato de Magnus Dagon pinchando aquí.

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