Por Juan Carlos Planells
A estas alturas de la vida, y con casi 90 años, Ray Bradbury no tiene nada que demostrar, pues su obra está completada como quien dice. Aun así, sigue al pie del cañón y en los últimos años ha echado la vista atrás para recuperar textos que en su día quedaron interrumpidos, o cuya escritura se demoró durante años y años.
Es el caso de Green Town, su anterior libro aparecido en castellano, donde reunía dos novelas: El vino del estío, ya publicada en su tiempo (1957) y considerada por muchos como su mejor trabajo literario, y su continuación hasta ahora inédita, El verano del adiós, que escribió a lo largo de muchos años y no ha publicado hasta ahora. Y con su último libro en el mercado, este volumen titulado Ahora y siempre, nos ofrece dos novelas cortas de origen igualmente remoto, de escritura asimismo demorada o interrumpida. Si Bradbury es el narrador de fantasía y ciencia ficción que ha vivido siempre –desde muy joven ya– hablando del futuro con la mirada puesta en el pasado, en su vejez sigue igual, pero ahora la mirada está puesta no en el mundo que le rodea, sino en su propio trabajo creativo.
Naturalmente, dos obras como las mencionadas Green Town y Ahora y siempre— es dudoso que le otorguen el más mínimo favor de la crítica, al menos de la española, que vienen ejerciendo las más de las veces ciertos jóvenes turcos –si bien no tan jóvenes algunos de ellos ya– con la misión de atacar todo cuanto huela a viejo o «antiguo» simplemente por el hecho de serlo, despreciando cuanto hayan aportado con más o menos esfuerzo a lo largo de la vida. La misión de los jóvenes turcos es ésa: el ataque, el insulto, el desprecio y la burla. Y todo esto estaría muy bien siempre y cuando no se ejerciera de «joven turco» durante años y años y años… pues la juventud tiene un término (pero al parecer la «turquedad» no).
Y es cierto que estas dos obras no aportan nada –absolutamente nada– al corpus general bradburiano. Pero, ¿esto es reprochable? Que un señor de casi noventa años se dedique a recuperar viejos textos no divulgados, completar historias empezadas treinta o cuarenta años atrás y que no pudieron ser terminadas a satisfacción, no me parece un delito de lesa majestad. Está en su derecho de mirar lo que ha sido su vida creativa, lo que ha quedado pendiente de terminar (lo mismo que nosotros en el nuestro de mantener un escrupuloso y respetuoso silencio ante el escaso estímulo que su lectura ofrece). Está en su derecho de refugiarse en lo que no pudo ser para completar así su tarea.
Yendo concretamente a estas dos historias reunidas en Ahora y siempre, podemos señalar que cada una de ellas pertenece a los dos estilos preferentemente cultivados por Bradbury a lo largo del tiempo: el poético alegórico de carga más o menos fantástica, y la ciencia ficción en su vertiente nostálgica. El primer texto, «En algún lugar toca una banda», quizá el mejor de los dos (lo cual no es decir mucho, sinceramente), es derivativo de obras como El vino del estío, si bien con un toque fantástico más acusado: un pueblo de seres inmortales que permanece oculto al resto del mundo y que ve peligrar su supervivencia recibe la visita de un forastero que no sabe cómo ha ido a parar a ese ignoto lugar donde los trenes jamás se detienen; el relato es desigual, y abusa demasiado de ese estilo peculiar de Bradbury: poesía, nostalgia, recurrencias… El segundo, «Leviatán 99», es una adaptación en plan de ciencia ficción delMoby Dick de Melville, pero su lectura resulta más bien aburrida en demasiados momentos, pese a algunos aislados aciertos (Bradbury es Bradbury aunque llegue a abusar de sus a veces irritantes tics, que en esta historia se multiplican).
Si algo demuestran estas dos novelas cortas, concebidas décadas atrás y culminadas en 2007, es que Bradbury cae en el amaneramiento poético que ha sido su peor enemigo en tantos otros relatos o novelas cortas, sin que se redima con ese toque oscuro o esa serenidad contemplativa de otras ocasiones. La vejez, cabe suponerlo, acentúa la nostalgia y suaviza el temperamento, al menos el creativo y en según quién. Pero, sinceramente, a un autor de casi 90 años con tanta obra a sus espaldas, ¿se le puede reprochar esto? ¿No es mejor leerlo con silencioso respeto por lo que fue y representa? Puede decepcionarnos ahora, pero está en su pleno derecho de hacerlo. Él puede permitírselo (y otros no).
© 2009 Juan Carlos Planells.
Ahora y siempre, de Ray Bradbury (Now and Forever ;2007). Ediciones Minotauro. Barcelona, junio 2009. Traducción de Rafael Marín. ISBN.978-84-450-7737-5. 217 páginas.
Texto de la contraportada
En algun lugar toca una banda… Un periodista portador de una noticia terrible salta de un tren en marcha... en un pueblecito que esconde secretos maravillosos e imposibles.
Leviatan 99: La tripulación de una nave estelar sigue a su capitán, ciego y loco, en su búsqueda por el espacio profundo para enfrentarse al destino, la eternidad e incluso a Dios.
Ahora y siempre es la nueva obra de un artista incomparable cuyas historias han dado forma al paisaje literario americano. Dos fascinantes novelas cortas (cada una de ellas única y diferente, pero puro Bradbury) que demuestran su sorprendente talento y la incontenible vitalidad de la mente, el espíritu y el corazón de este destacado narrador americano.