por Joan Antoni Fernàndez
La novela ha muerto. ¡Viva la postnovela! Seamos sinceros: hoy en día la narrativa tradicional languidece en los estantes de las librerías, sufriendo una constante pérdida de lectores. Cierto que las grandes editoriales todavía son capaces de generar ventas gracias a ciertos títulos,best-sellers de usar y tirar que se olvidan con rapidez a la vez que se convierten en películas; pero el género de la Novela con mayúsculas se halla por completo agotado, sin atractivo mediático alguno. En un mundo audiovisual como el nuestro la narrativa escrita ha perdido la batalla, tan sólo subsiste gracias a un cada vez más reducido grupo de fieles lectores. Sólo una renovación total en sus planteamientos puede sacarla del abandono, rescatándola del olvido entre el Gran Público. ¿Tal vez la llegada del libro electrónico?
Como muestra de estas nuevas tendencias, a título anecdótico, conviene señalar que la historia que nos ocupa podía descargarse de manera gratuita, en formato de e-book y desde el portal Sedice.com. Por ello debemos celebrar que el Grupo AJEC se arriesgue a editar, ahora en papel, un experimento tan estimulante como resulta la novela Artrópodos, de Luis Montero. Y además sin medias tintas, poniendo toda la carne en el asador para sacar una edición muy digna. Con una portada de alta calidad, tamaño de letra agradable, una corrección esmerada y bastante cuidado en su presentación, tablas y dibujos incluidos, el libro resultante invita a sumergirse en sus páginas. Aunque uno mantiene sus dudas sobre si tan vanguardista enfoque servirá para atraer a gran cantidad de lectores.
Lo cierto es que el estilo narrativo de Luis Montero, pulcro y afilado a un tiempo, recuerda en buena medida al del escritor y postpoeta Agustín Fernández Mallo, creador de la llamada narrativa postnarrativa. Debo confesar que la lectura de Artrópodos ha vuelto a despertar en mí las mismas sensaciones de expectativa que me recorrieron al leer la Trilogía Nocilla (Nocilla Dream, Nocilla Experience y Nocilla Lab). Sin duda la nueva novela (lapostnovela, mejor dicho) se está forjando en manos de gente como Fernández Mallo y Luis Montero. Ambos comparten una estructura narrativa que se salta la clásica progresión lineal en la historia. Sus relatos, en cierta manera, son meta relatos. Van más allá de lo que explican, tal vez porque explican muchas cosas a la vez.
Seamos sinceros, sin duda la estructura narrativa de Artrópodos no es del todo perfecta y en ella existen notables altibajos que perjudican la progresión de la historia principal. Falta tensión en el desarrollo, lo cual puede lastrar la atención del lector, desconcertando a más de uno ante los tumbos que parece dar la trama. Aunque también es cierto que Luis Montero consigue importantes logros en su valiente intento por explorar nuevos terrenos. Sin llegar a alcanzar la altura y complejidad del gran escritor Julio Cortázar en su extraordinaria novela/cómic Fantomas contra los vampiros multinacionales, lo cierto es que Montero se nos muestra como un hábil creador, capaz de mixtificar géneros aparentemente dispares. Así la historia novelada sobre las andanzas de Juan Onésimo se trastoca en historieta dibujada durante unas escasas siete páginas, regresando de nuevo a la forma escrita para seguir su desarrollo escrito hasta el final.
Pero no sólo en la yuxtaposición de géneros y estilos radica la iconoclastia del autor. A pesar de la inclusión de ciertos relatos cortos presentados en paralelo, algunos realmente impagables, así como de un concienzudo estudio sobre artrópodos que sazona sus páginas, también existe desarrollada en Artrópodos una historia más o menos convencional. Una historia que avanza a trompicones y en cierto modo resulta delirante, a caballo entre el esperpento, la ciencia ficción y el ensayo científico. Incluso el propio autor aparece en un momento dado como un personaje más de la obra, teniendo un final sorprendente que no conviene revelar… a pesar que se hace mención de ello en la solapa del libro, como parte de la biografía del autor y juntando una vez más realidad con ficción. Otro guiño, o tal vez un meta guiño.
Las aventuras y desventuras del atribulado protagonista Juan Onésimo son en cierta medida desconcertantes y se hallan jalonadas con brillantes estudios sobre artrópodos, acompañados por sus tablas y esquemas correspondientes. Algo lógico, dado que el hombre es un entomólogo que trabaja en ProFinal, empresa dedicada al exterminio de plagas, especialmente bichos. Su jefe directo y propietario de la empresa es el chino Mr. Yee, quien incluso está montando una colección privada de escarabajos y cucarachas. No es de extrañar que Juan esté hasta el gorro de su patrón y planee robar el valioso fósil de un trilobites del poco vigilado Museo Nacional de Historia Natural. Aunque al final todo apunte a que el verdadero ladrón sea otro Juan Onésimo, el cual parece empeñado en realizar los sueños más ocultos del primer Juan. Todo el conjunto forma un conglomerado extraño, novedoso y atrayente a un tiempo, capaz de fascinar al lector. El único pero tal vez sea que los personajes resultan bastante planos, algunos secundarios incluso meros comparsas cuya única función se limita a “hacer bulto” a través del decorado. Junto con el flojo final es sin duda lo peor del libro. Una pena.
Por contra, el humor resulta una baza importante en esta obra. Pero el suyo no es un humor complaciente ni de chascarrillo fácil. En la mayoría de ocasiones su estilo resulta irónico, incluso caustico. Toda la historia se halla impregnada de ese tono entre despreocupado y frío, siempre directo, que sacude al lector como un latigazo. Luis Montero se muestra un hábil dominador del lenguaje y nos hace unas descripciones pulcras, sin oropeles, casi desnudas, pero que penetran en la mente del lector con la precisión de un bisturí. Sin duda el gran dominio de la prosa que demuestra es un buen punto a favor de la lectura de esta novela.
Obra estimulante para lectores sin complejos. Sin ser un libro plenamente redondo, sabe huir del camino trillado de la novela convencional, ofreciéndonos nuevas vías. Que su espíritu vanguardista triunfe en el desarrollo de la novela futura es algo que todavía está por saber. Pero sin duda este experimento puede provocar una lectura inteligente y divertida. Y eso, hoy en día, ya es mucho.
(c) 2009 Joan Antoni Fernàndez
Artrópodos, de Luis Montero. Ediciones Grupo AJEC. Granada, 2009. Portada de Ana Trello. ISBN. 978-84-96013-65-0. 154 páginas.
TEXTO DE LA CONTRAPORTADA
¿Conoce usted a Juan Onésimo 1? Permítame que le presente a Juan Onésimo 2.
Seguro que le encantaría compartir una velada con Juan Onésino 3…
Artrópodos es un thriller matemático, la historia de Juan Onésimo en su lucha por desenmascarar a los demás juanes de la serie.
Pero también hay otro Artrópodos, un relato sobre la construcción de la identidad. Y aún hay más: Artrópodos es la primera novela claustrofóbico cómica plagada de insectos, equipos de exterminio y Museos Nacionales de Ciencias Naturales…