No creo desvelar ningún secreto si digo que, junto con el carismático investigador de Baker Street, James Bond parece ser uno de los detectives favoritos de Rodolfo Martínez. Y este libro es una buena prueba de lo que digo.
El arranque de la novela parece sacado de una película del célebre 007, con un ritmo vertiginoso que nos recuerda cualquiera de sus films. También el protagonista principal de El adepto de la reina nos recuerda en todo al espía británico. ¿En todo? Bueno, hay que reconocer algunas diferencias substanciales entre Yáxtor Brandan y James Bond. El primero es un individuo sin escrúpulos que no duda en utilizar lo que sea o a quien sea para lograr sus propósitos. ¿Y el segundo? Bueno, sobre Bond estoy seguro de que el lector ya tiene propias conclusiones y no necesita que le diga nada más.
Pero sea como sea, El adepto de la reina es una novela al estilo James Bond pero con una furiosa puesta al día. Con un personaje con más sombras que luces, un poco como están haciendo en las películas del nuevo Bond, Daniel Craig, que bucea en la vertiente oscura del personaje creado por Ian Fleming, cosa que, como se sabe, no ha acabado de sentar bien a muchos de sus seguidores. Hay otros paralelismos evidentes entre unos y otros, como los arquetipos de los personajes que Martínez ni pretende, ni busca ocultar, más bien quiere homenajearlos, y el lector podrá jugar a adivinarlos sin esforzarse demasiado .
El motivo del despiadado comportamiento de Yáxtor es un secreto terrible que yace escondido en su propia mente y que intentará por todos los medios descubrir para, en cierta forma, poder descubrirse a sí mismo. Ha sido «reconstruido» como un mortífero agente secreto de la Reina, un adepto, que combate en una especial guerra fría (una nueva referencia al personaje de Fleming) para conseguir el triunfo de su bloque, y para ello, como en toda guerra real, todo está permitido si eso permite obtener el objetivo.
Pero esta novela de aventuras, en sí, no sería nada novedosa si no fuera por el escenario que Martínez ha creado para escenificarla y que sí que es un gran hallazgo. Un mundo imaginario en el que, sin existir la mágia como tal, sí que hay «mensajeros», una especie de nanorobots que son capaces de producir lo que sin duda consideraríamos milagros, «carneútiles», pantallas de comunicación e incluso teletransporte. Todo ellos con ciertos dejes de tecnología que no se explica, aunque con un cierto tufillo steam-punk (sin que parezca no haber armás más sofisticadas que una ballesta), pero siempre huyendo del fácil tópico de la mágia.
Está claro que el autor no se ha tomado la molestia de imaginar todo este escenario para usarlo sólo este libro y, de hecho, se entrevé que pronto podremos disfrutar de más aventuras del adepto de la reina, pero no sufra el lector: la aventura se inicia y concluye en el libro, aunque queden algunos flecos pendientes que permitirán retomar la trama más adelante, si así se quiere.
En resúmen, nos hallamos frente a un libro de fácil lectura y consumo que se disfruta y se devora con fruición. Una buena novela de aventuras en un escenario extraordinario, con un ritmo endemoniado que apenas pierde fuelle en algunos capítulos (breves, lo que se agradece si no se lee de un tirón) hacia la mitad, lo cual dice mucho de la habilidad narradora de Rodolfo Martínez ya que estamos hablando de un volumen de casi 400 páginas.
Sobre la edición -autoedición, de hecho-, esta es bastante correcta, con una excelente portada de Alejandro Terán, un tipo de letra grande y claro y un papel de gramaje adecuado que dan una imagen del libro absolutamente profesional.
Se incluye un mapa, obra del propio autor, justo cuando se inicia la lectura y, al finalizar esta, nos encontramos una relación de las alianzas entre los diferentes países pero, como lector, he echado en falta un glosario de nombres que hubiera facilitado mucho la lectura para los que, como yo, la hemos disfrutado en diversas tandas de lectura. Dejo aquí la idea para próximas aventuras de Yáxtor Brandan, adepto empírico al servidio de la reina de Alboné.
© 2010 Joan Manel Ortiz para BEM on Line.
El adepto de la reina, de Rodolfo Martínez. Sportula Ediciones. Gijón, Octubre de 2009. ISBN.978-1-4392-5818-7. 394 páginas, 15 euros.
TEXTO DE LA CONTRAPORTADA
Entre los Pueblos del Pacto y el Martillo de Dios existe un estado de guerra fría que se ha prolongado durante más de veinte años. Una guerra sin ejércitos en la que las batallas se libran en la oscuridad y la información es el arma más peligrosa.
En ese mundo (que en ocasiones parece la Edad Media, en otras, el Renacimiento y en otras, el siglo XIX) vive Yáxtor Brandan, adepto empírico al servicio de la Reina de Alboné, un personaje implacable, amoral y carente de escrúpulos que lucha por recuperar su propio pasado mientras intenta impedir que un nuevo jugador en el juego del espionaje ponga fin al mundo, tal como se conoce.
Con El adepto de la Reina, Rodolfo Martínez demuestra que sigue en buena forma literaria, y crea una historia de intriga y espionaje en la que no abandona ninguna de sus claves características y donde, una vez más, mezcla distintos géneros y temas para construir una novela que no concede descanso al lector.
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