LOS 10 AÑOS DE BEM (1990-2000) Y ALGUNOS MAS DE BEM ON LINE, por Miquel Barceló.

El 2010 celebramos el vigésimo aniversario del nacimiento de BEM, la revista semiprofesional en papel que, sin duda, fue uno de los referentes de la ciencia ficción y fantasía española de la década de los 90. Miquel Barceló, sobradamente conocido por todos los aficionados al género como editor, director de colecciones y especialista internacional, nos recuerda como fueron aquellos 10 años de la revista.

En la pequeña historia de la ciencia ficción en España, existe siempre la referencia de una revista que parecía irrepetible como fue NUEVA DIMENSIÓN (1968-1983). Pero en la ciencia ficción todo es posible y, tal vez cuando nadie lo esperaba, la idea de una revista básica de referencia renació pocos años después.

Ocurrió en la década de los noventa. Era otra revista, otro formato, otra gente, otra situación, pero el viejo espíritu estaba ahí. Esa revista se llamó BEM, y estoy firmemente convencido de que sus diez años de historia quedarán como un hito importante en la historia de la ciencia ficción y la fantasía en España. Los que vienen y vendrán después, los de BEM On Line, posiblemente también, pero esa es otra historia que está todavía por escribir…

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Primer logo de BEM en la Red

Una revista nacida en el ciberespacio

BEM ha sido siempre un proyecto sorprendente, sólo posible con el uso inteligente de las que algunos todavía llaman «nuevas tecnologías».

Buky Torres, sysop de una BBS llamada «El Libro de Arena» (nombre que no oculta su filiación borgiana), proporcionó el substrato tecnológico para el nacimiento de BEM: una revista de papel pero surgida del ciberespacio y con editores de diversos lugares de la geografía hispana.

Esos editores fueron inicialmente Ricard de la Casa desde Andorra y Pedro Jorge Romero entonces desde Tenerife, a los que luego se añadieron Joan Manel Ortiz desde Barcelona y José Luís González desde Valladolid. Los cuatro acabarían formando el Grupo Editor Interface.

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Buky Torres, sysop de El Libro de Arena

Sin la informática y la generosidad y ayuda de Buky Torres, el proyecto BEM, tal vez posible, hubiera resultado mucho más complicado. Y que nadie se confunda: en 1990 faltaban cinco años para que Bill Gates se convirtiera en el hombre-anuncio de su Windows-95, no existían los navegadores (ni MOSAIC ni NETSCAPE y nadie sabía nada del Internet Explorer…) ni la WWW, e Internet era algo que sólo usaban en España algunos académicos y profesionales informáticos. La novedad de BEM y su respaldo por la BBS de Buky Torres fue algo sorprendente y único.

Pero no sólo de tecnología vive el hombre, para editar una revista hay que saber hacerlo.

De casta les venía a esos galgos. Pedro Jorge Romero estaba publicando, desde 1989, «no ficción«, un interesantísimo fanzine de ensayos sobre el género de la ciencia ficción, preludio de su éxito posterior con «El archivo de Nessus» en Internet (www.archivodenessus.com) que parece hoy «hibernado». Joan Manel Ortiz había sido, junto con Miquel Mas, el editor de «Tránsito«, uno de los fanzines clásicos de la década de los ochenta. Y, por su parte, Ricard de la Casa y, más tarde, José Luis González aportaron su labor de aficionados con ideas y empuje.

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Ricard de la Casa, Pedro Jorge Romero, Joan Manel Ortiz y José Luis González en los 2000.

La fórmula de sumar esfuerzos y aunar voluntades funcionó. El triunvirato de NUEVA DIMENSIÓN pasó a ser una tétrada en BEM, pero esta vez toda la geografía hispana estuvo invitada al festín.

Y no sólo los editores usaron las nuevas tecnologías. Los diversos colaboradores se trataron y conocieron ampliamente gracias a una área específica para BEM en la BBS «El libro de Arena«, y así surgió uno de los grupos más cohesionados y coherentes de la ciencia ficción española. Incluso antes de Internet, BEM muy posiblemente, fue, como ya se ha dicho, la primera revista española realmente creada en el ciberespacio. Aún cuando se publicara en papel.

El respeto a los clásicos y la evolución

La nueva tecnología utilizada no impedía el respeto a la tradición presente ya desde el mismo título: BEM, por los clásicos «monstruos de ojos saltones» de la vieja ciencia ficción.

Pero, aún con ese referente, el primer número (de agosto de 1990) se presentaba, simplemente, como «Noticias de ciencia ficción y fantasía«. Ese primer número, con clara voluntad de boletín de noticias, era breve, tan sólo ocho páginas, pero aún así era, por ejemplo, cuatro veces más voluminoso que el primer LOCUS de la historia, una simple hoja de papel mimeografiada.

Nacida como revista de noticias, casi como un fanzine, BEM pronto empezó a incorporar narrativa en una revista que adquirió, con el tiempo, un tono casi profesional. El primer relato apareció ya en el número 7, el de marzo de 1991. Era, tal vez, por el momento, algo excepcional: un homenaje a Donald A. Wolheim tras su fallecimiento.

Las ocho páginas iniciales fueron ya 12 a partir del número 5 (dic/ene 90-91) y, con el número 13 (octubre de 1991), se convirtieron en 20 cuando se cambió la presentación incluyendo color (sólo en el logo, de momento…) y, lo más importante, BEM pasó a etiquetarse como «Revista mensual de fantasía y ciencia ficción«.

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Felicitación de Paco Roca por el número 50

Y se incorporaron relatos.

El primero de esos relatos fue precisamente, en ese número 13, «La estrella» de Elia Barceló que consiguió el premio Ignotus de 1991. Una señal inequívoca de la calidad de las colaboraciones narrativas que han ido apareciendo en BEM a lo largo de su historia.

Con el tiempo, la revista se estabilizaría en las 32 páginas que fue su extensión más habitual a partir del número 36 (dic/ene 93-94). Aunque, en el caso especial del número 47 (octubre/noviembre 1995), con las 168 páginas adicionales de la «Memoria de la Hispacon Burjassot’94«, se alcanzó una cifra inédita y me temo que irrepetible en un proyecto de ese tipo: 200 páginas para algo que, evidentemente, ya no era un fanzine.

Al final la denominación se convirtió en un simple: «BEM. Ciencia ficción y fantasía» y, aunque los responsables aceptaban que se les siguiera considerando un fanzine, en realidad ya se veían a sí mismos como editores de una revista semi-profesional. Y lo eran. Se cumplió siempre con la periodicidad anunciada, que empezó siendo mensual, para pasar a bimestral a partir del número 34 (ago/sep 1993).

Contenidos

Los contenidos de BEM han sido los que cabe esperar de una revista de este tipo: muchas noticias nacionales e internacionales, cartas de los lectores, secciones fijas de opinión y comentarios con amplia diversidad de temas y puntos de vista, ensayos, entrevistas y relatos.

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Número especial dedicado al sexo en la CF.

Como elemento especial, muy característico de BEM y al estilo de la viejas «páginas verdes» de NUEVA DIMENSIÓN, cabe destacar las completas y detalladas crónicas de los diversos eventos que iba generando la ciencia ficción y la fantasía: Hispacones, convenciones internacionales, entrega del Premio UPC, y todo aquello de lo que se podía conseguir información de primera mano.

Y era mucho.

Si hacía falta se llegaba a lo más lejano con la punta de la espada, representada en este caso por los corresponsales de BEM en todo el mundo. Cito sólo algunos: Gay Haldeman (EEUU), Jean Pierre Moumon (Francia), Yasutoshi Nakazima (Japón), Marco A. Robledo (Gran Bretaña), Alvaro de Sousa Holstein (Portugal), Claude Dumont (Bélgica), Nicu Gecse (Europa Oriental), Equipo Axxón (Argentina), Moisés Hasson (Chile) y varios más a lo largo de toda una década.

Los contactos internacionales permitieron la aparición de relatos de autores extranjeros. Una amplia variedad y siempre de gran calidad, desde Connie Willis a Jack McDevitt, pasando por Orson Scott Card y Joe Haldeman por citar sólo algunos.

Y ello sin olvidar a los mejores autores españoles como: Juan Miguel Aguilera, Elia Barceló, Gabriel Bermúdez Castillo, César Mallorquí, Rafael Marín Trechera, Rodolfo Martínez, Javier Negrete, Juan Carlos Planells, Javier Redal, Domingo Santos o Carlos Saíz Cidoncha. La lista no es completa y la compilo de memoria y pensando, básicamente, en autores con libros publicados.

Desde febrero de 1993, la parte gráfica se enriqueció con la colaboración del equipo formado por Paco Roca y Juan Miguel Aguilera que aportaron para BEM también diversos galardones en el aspecto gráfico al que también colaboraron otros especialistas.

Las secciones empezaron tímidamente y fueron creciendo a lo largo del tiempo. Se especializaron en casi todo: Star Trek (Luís Astolfi y Ramón Yáñez), cine (Fernando Bendala), especulación y ciencia (Javier Redal), libros extranjeros (Pedro Jorge Romero), ficción y miscelánea (Miquel Barceló) y algunas más. Sin olvidar los interesantes ensayos sobre historia de la ciencia ficción española escritos por Augusto Uribe.

Y poco más. En BEM se dio cita todo aquel que deseó hacerlo. Fue, durante la década de los noventa, el punto de referencia más característico de la ciencia ficción y la fantasía en España, sin que ello signifique desmerecer otros esfuerzos y/o fanzines. Junto con la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción y el Premio Internacional UPC, BEM cierra la trilogía de lo más importante que ha caracterizado la ciencia ficción española en los años noventa.

En resumen, en el «BEM de papel» se encuentra una brillante selección de lo mejor que ha dado, durante la década de los noventa, la ciencia ficción, no sólo española sino también mundial. No es poca cosa.

Un paréntesis para conquistar el futuro

Estoy convencido que la década de los noventa no se explica en la ciencia ficción y la fantasía española sin BEM y su proyecto. No todo el mundo puede decir lo mismo.

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Portada de Juan Miguel Aguilera como Emperador de todas las cosas

Tras la travesía del desierto a la que obligó la desaparición de NUEVA DIMENSIÓN en 1983, y junto a esforzados fanzines con limitada continuidad, BEM fue el hilo conductor de la ciencia ficción española y en torno a él, por colaboración o en oposición nacieron muchas de las iniciativas que han configurado la ciencia ficción y la fantasía en España hasta hoy.

Después, cuando el final parecía claro y definitivo, en  2002, un CD-ROM recogía todo el material aparecido en BEM (con algún que otro regalo inesperado: los «no ficción» de Pedro Jorge y los «Kandama» de Miquel Barceló). Una verdadera pieza de coleccionista que, además, incluye algunos de los mejores relatos de la década de los noventa. Una oportunidad única para todos los interesados en la ciencia ficción y la fantasía en España.

Hace unos diez años, parecía que el proyecto BEM se agotaba y había llegado a su final definitivo. De ahí el CD-ROM antes mencionado. Pero, otra vez, las «nuevas tecnologías» venían en su ayuda: la edición en papel finalizó cual correspondía al nuevo siglo XXI, pero nacía otro proyecto, movido por la misma afición e intereses, con nuevo ímpetu, y amparado ya muy claramente en Internet incluso para su distribución.

Es pronto para hablar de BEM On Line ya que el mundo de la red está en sus inicios (tan solo unos 15 años en manos del gran público…) y seguro que falta perspectiva para juzgar cual de las muchas ofertas en la red será la que quede en el recuerdo de los interesados por la ciencia ficción y la fantasía en España. Será difícil emular lo logrado por el clásico «BEM de papel» pero se está en el camino de conseguirlo. BEM On Line «re-nació» en 2003 bajo la coordinación de Ricard de la Casa y de Joan Manel Ortiz y la ayuda de todo el Grupo Interface Editor. Hay nuevos colaboradores, nuevas maneras, nuevo soporte, pero la voluntad parece seguir siendo la misma: desprendimiento, sacrificio y esfuerzo personal y colaboración con todo aquel que lo desee. Son buenos mimbres que ya hicieron un cesto inolvidable, ojala vuelvan a servir para lo mismo.

© 2010 Miquel Barceló para BEM on Line

miquelbarceloMiquel Barceló era doctor en informática, ingeniería aeronáutica y graduado en energía nuclear. Impulsor del premio UPC de ciencia ficción, fue jurado del mismo desde su creación en 1990 hasta su fallecimiento en 2021. Editor de la revista no comercial Kandama a principio de los ochenta, fue director de colecciones del género (especialmente de Nova CF), conferenciante, articulista, escritor y colaborador habitual en BEM y en BEM on Line.

Acerca de Interface Grupo Editor

Editamos en papel 75 números de la revista BEM entre 1990 y 2000 y desde 2003 hasta 2012 mantuvimos el portal BEM on Line. Tras múltiples problemas de software, decidimos traspasar a este blog los principales textos publicados en esos años. Interface Grupo Editor está compuesto por Ricard de la Casa, Pedro Jorge Romero, José Luis González y Joan Manel Ortiz.
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